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SÓLO PUEDO CON TU ESPÍRITU



Is 61, 1-2
Cuánto me llena de alegría pensar que ya estamos más cerca de celebrar tu Nacimiento. Trabajo duro para que mi corazón esté preparado para entonces. También lleno de signos mi hogar para que me recuerden que esta Navidad ha de ser diferente; tiene que ser desde dentro y compartida.

Hoy quiero fortalecerme en mi misión. Adviento es también tiempo de misión porque preparo la Navidad no sólo para mí sino para los que me rodean. Muchos de ellos necesitan sanar su corazón, liberarse de tantas cosas y sentimientos, conocerte aún más, sentirse perdonados y llenar su vida de la alegría en ti, Señor.

Que sople tu Espíritu, el mismo que se alberga en mí desde que me ungiste con mi bautismo, para no resistirme a ser instrumento de tu sanación, de tu liberación, de tu perdón y de tu alegría. Revísteme de ti, Señor, para que mi adviento sea una diaria Navidad para mis hermanos.

¡VEN SEÑOR JESÚS!

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