Jeremías 23, 5-8; Mateo 1, 18-24
Señor, tu Navidad me pone en movimiento. Toda mi vida gira en torno a ella durante este Adviento. Hoy quiero confirmar desde mi corazón mi espera y hacer partícipes a quienes me rodean.
Pero hoy también quiero preguntarme a quién realmente espero: ¿al Rey justo y prudente que trae Salvación? ¿o al Hijo del Dios que castiga, se enoja y me prueba con mi sufrimiento, y a quien yo debo temer?
Yo estoy convencido que espero al "Emmanuel", el Dios hecho Hombre, justo y prudente, expresión misma de la Misericordia de un Padre que nos ama y anhela que seamos felices. Estoy convencido que el Dios, a quien espero, sana, toca, escucha, consuela, perdona, incluye, se compadece. Y, si este Niño es Dios-con-nosotros, no puedo quedarme sólo sino que he de buscar estar con mis hermanos, con los otros, para vivir realmente la riqueza del Amor que transforma y nos llena de Esperanza.
¡VEN SEÑOR JESÚS!
Hermosa reflexión. Muchas Gracias por tus palabras. Abrazos
ResponderEliminarFeliz Navidad Marisol.
Eliminar