Lc 10, 21-24
Hoy quiero convencerme Señor que tu anhelo es mi felicidad. Para lograrlo necesito de una fe viva, esperanza activa y un amor sin límite.
Hoy quiero hacer de mi vida una expresión de la sencillez cristiana, para merecer ver tu rostro en la realidad que me acontece. Haré mi mejor esfuerzo para quitar de mi corazón la soberbia y el orgullo que me hacen insensible a tu presencia.
Señor, da luz a mis ojos para darme cuenta que todo lo que promete tu Navidad está ya en mi corazón. Enséñame a ser signo de tu nacimiento y de salvación para mis hermanos.
¡VEN SEÑOR JESÚS!
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