Lc 21, 29-33
Señor, ¿cuántas cosas han de pasar para que podamos vivir tu Reino? ¿Dónde están los signos que nos prometen la llegada del mismo?
Sé interpretar los signos de la naturaleza pero no los de tu Reino. Mis ojos se nublan a esa realidad de salvación. Me fío y espero catástrofes, terremotos, desastres, para poder asegurar que tu Reino ha llegado, pero no busco los verdaderos signos que impregnan la realidad humana de tu divinidad.
Ayúdame a descubrir en cada día de mi vida los signos de tu Reino: la paz y la justicia, el amor y la verdad, el perdón y la reconciliación, la tolerancia y la compasión, la solidaridad y el compartir. Ayúdame a no buscarlos mirando al cielo sino mirando dentro de mí, en mi corazón, para hacerlos vida con los demás y poder experimentar realmente lo que siempre has anhelado para nosotros desde la creación del mundo.
Cuán necesario es estar atentos a descubrir la presencia de este REINO que parece tan lejano en la retórica. Y no de manera intimista que llega a empalagar. La realidad exige descubrirse en y para los demás. Dónde están esos signos en los extraviados en la correr de cada día, en los desesperanzados,en los violentos en los que han entregado su existencia al dinero, poder y otras enajenaciones... Una vez mas tenemos que aprender a descubrir ahí, en medio dele estiércol la presencia del REINO
ResponderEliminarGracias Gus!!!!
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