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QUE MI TIERRA SEA FÉRTIL




DESCUBRIRTE EN MI INTERIOR


¿Por qué es tan difícil creerte, Señor? Tú nos has creado y nos sostienes en el amor. Tu anhelo es vernos felices, transformados por realidades que liberan y sanan desde el interior. No hay día que dejes de pronunciar nuestro nombre ni hora que dejes de pensarnos. Somos creación tuya y nuestra vida debería ser signo de tu presencia entre nosotros.

Ante esta verdad está nuestra realidad. Llenamos nuestra vida de piedras y espinas que nos impiden escuchar tu voz. Nos llenamos de temor por tantas cosas que no logramos saborear tu consuelo. Somos tan inconstantes que no permitimos impregnarnos de tu presencia y salvación.

Enséñanos, Señor, a que nuestro corazón y todo nuestro ser esté siempre abierto a tu Espíritu, que sepamos escucharte para dar frutos de salvación para nosotros mismos y los que nos rodean. Que no dejemos de buscarte desde nuestros problemas, nuestros miedos, desde lo que somos, con el fin de saborear tu presencia y hacerla alcanzable para los demás.

Fray Pedro

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