SILENCIOS DE MUERTE Y ESCLAVITUD
Para hablar de ti puedo recurrir al uso de conceptos e ideas que muchos ya han escrito en infinidad de libros. O también puedo hablar de ti con mi propia vida, sin conceptos pero con muchas acciones y mi forma de proceder. Si todos habláramos así de ti, el Cielo sería más palpable y evidente.
Lamentablemente hay ocasiones en las que no prefiero hablar de ti. Mi silencio puede ser causado por comodidad, conveniencia, indiferencia o miedo. Con este silencio dejo de ser reflejo de aquél Cielo y me voy convirtiendo en cómplice de mentiras, injusticias y muertes.
Ayúdame, Señor, a vencer mis demonios que cierran todo mi ser para no expresar tu amor, tu esperanza, tu perdón, tu paz. Hazme hablar con valor, con compasión y con el deseo de que muchos sean testigos de las maravillas que haces con nosotros día a día.
Fr. Pedro.
Comentarios
Publicar un comentario