CON CORAZÓN SENSIBLE AL REINO
Mateo 9, 9-13
Con tantas cosas en mi interior, mi corazón palpita con ritmos que no son del cielo y dejo de ser sensible a realidades con tu presencia, Señor. Me meto en las preocupaciones del día a tal grado que no veo cuando pasas frente a mí.
Todos los días me llamas a construir el Cielo con mi vida y hacerlo alcanzable a mis hermanos. Pero lamentablemente no reconozco esa hermosa realidad que me hace sanar, vivir, liberarme, salvarme.
Concédeme, Señor, la sensibilidad a tu presencia para reconocerte en los momentos de mi vida. Ábreme los ojos del corazón para darme cuenta de la realidad a la que estoy llamado por ti y transforma mi vida haciéndome un signo de esta realidad.
Fr. Pedro.
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