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Mostrando entradas de julio, 2018

QUE NO SE AHOGUE TU SEMILLA

COSECHAR FRUTOS DEL CIELO Mateo 13, 36-43 La Palabra que pronuncias cada día en mi corazón, que resuena e inspira todo mi ser a ser reflejo de tu amor, es Semilla que muchas veces descuido. No es sólo tu Semilla la que queda sembrada en mi corazón, también siembro rencores, miedos, odios y culpas que hacen que aquella simiente de amor no luzca en mi vida cual debería. Hoy quiero pedirte, Señor, que me ayudes a ir quitando aquello que estorba a la acción de tu Palabra en mi interior. Dame fuerza de espíritu, sabiduría y amor para que lo que siembre en mi corazón nunca estorbe al hermoso fruto que he de cosechar para ser constructor de realidades de salvación.

EL CIELO DESDE LO PEQUEÑO

PEQUEÑO, GRANDIOSO Y POSIBLE Mateo 13, 31-35 Hoy quiero sentir, más que nunca, el Cielo al alcance de mi corazón. Quiero convencerme de que es posible vivirlo, gozarlo y compartirlo. Deseo impregnar mis días con su poder de conversión, de perdón, de solidaridad, de hospitalidad y compasión. Quiero hacerlo desde lo que soy y desde lo que has puesto tú, Señor, en mi corazón. El granito que yo quiera poner cada día para vivir mi Cielo ha de ser también en beneficio de los demás. Y quiero que ese mismo granito contagie a quienes me rodean para que se animen a donarlo también, su granito de Cielo. Sólo así podremos construir una realidad diferente donde nos podamos sentir hermanos y donde nos convenzamos de que lo grandioso del Cielo se vive desde el granito del corazón. Fray Pedro 

QUE MI TIERRA SEA FÉRTIL

DESCUBRIRTE EN MI INTERIOR Mateo 13, 18-23 ¿Por qué es tan difícil creerte, Señor? Tú nos has creado y nos sostienes en el amor. Tu anhelo es vernos felices, transformados por realidades que liberan y sanan desde el interior. No hay día que dejes de pronunciar nuestro nombre ni hora que dejes de pensarnos. Somos creación tuya y nuestra vida debería ser signo de tu presencia entre nosotros. Ante esta verdad está nuestra realidad. Llenamos nuestra vida de piedras y espinas que nos impiden escuchar tu voz. Nos llenamos de temor por tantas cosas que no logramos saborear tu consuelo. Somos tan inconstantes que no permitimos impregnarnos de tu presencia y salvación. Enséñanos, Señor, a que nuestro corazón y todo nuestro ser esté siempre abierto a tu Espíritu, que sepamos escucharte para dar frutos de salvación para nosotros mismos y los que nos rodean. Que no dejemos de buscarte desde nuestros problemas, nuestros miedos, desde lo que somos, con el fin de saborear tu pr...

ENAMÓRAME DE NUEVO, SEÑOR

ENSÉÑAME A VERTE DE NUEVO Jeremías 2, 1-3; 7-8; 12-13 Señor, los días de mi vida pasan muchas veces sin darme cuenta del soplo de tu presencia. Mis preocupaciones, mis miedos, mis culpas absurdas y mi fe tan débil me nublan los ojos del corazón e impiden que goce de tu Amor. Hoy quiero pedirte, Señor, que me ayudes a volver mi mirada a ti. Permíteme sentir tu gran amor y a no temerte. Enséñame a confiar, cada día un poco más, en tu misericordia que me abraza. Ayúdame a ser de nuevo aquél pequeño que gustas proteger entre tus brazos y que se recrea en la alegría de tu presencia y de tu Amor. Que no me dé miedo, Señor, a enamorarme de nuevo de ti. Fray Pedro

VASIJAS DE BARRO Y CÁLICES DE AMOR

CRISTIANOS HUMILDES Y MOVIDOS POR EL ESPÍRITU 2 Corintios 4, 7-15 Mateo 20, 20-28 Cuando predico no dejo de insistir en la misión que tenemos como Iglesia. No es misión reservada para los consagrados sino que se abre y dirige a todo aquel que se dice ser "cristiano". No es misión de caricatura sino de convicción y acción. ¿A qué misión me refiero? A la misma de nuestro Maestro, Jesús de Nazaret: predicar el Reino de Dios, Reino de amor, de perdón, de reconciliación, de solidaridad, de alegría y salvación. Reino en el que todos somos hermanos y vemos unos por otros. ¿Fácil? Nunca lo ha sido. Por eso siempre consideremos el barro del que estamos hechos. Meditemos desde la humildad lo que la Gracias nos permite lograr cuando la dejamos actuar en nosotros. Somos imperfectos y lo que es perfecto es lo que llevamos dentro y nos mueve a ser signos del Reino de Dios, signos del Amor. Fray Pedro

PASTOR DE MISERICORDIA

PASTOR DE AMOR Y LIBERTAD Miqueas 7, 14-15. 18-20 Nos cuesta mucho confiar en la misericordia de nuestro Dios. Seguimos optando por sentimientos de miedo y culpa para asegurarnos un lugar cerca de Él. Y hacemos de nuestra vida una realidad llena de normas que, lejos de guiarnos, nos esclavizan. Si tan sólo abriéramos el corazón y nos animáramos a escuchar la voz de nuestro Padre, que nos dice día a día lo mucho que desea vernos felices y libres. Comprenderíamos que su voluntad está llena de misericordia y compasión por nosotros. Nos relacionaríamos más estrechamente con Él. Nuestra vida estaría impregnada de felicidad y salvación. Hoy quiero hacer un silencio, detenerme y atreverme a depositar todo lo que soy en las manos de nuestro Pastor Misericordioso. Sin miedo, en libertad y en amor. Fray Pedro

JUICIO DE MISERICORDIA

SÓLO CUMPLIENDO TU VOLUNTAD Miqueas 6, 1-4. 6-8 El amor que el Señor nos tiene es tan inmenso que sería una locura tratar de comprenderlo. Lo que no es locura es tratar de mirarnos todos los días y descubrir en nosotros lo poco o mucho que hacemos para disfrutar de ese Amor. Dios salva todos los días en la medida en que nos abramos a la justicia, la lealtad y la humildad. Vivir como Dios quiere es asegurarnos la felicidad en la libertad y el amor. No deberíamos gastarnos la vida queriendo contentar a Dios con sacrificios y rezos llenos de culpa. Ocupémonos de descubrir su voluntad en nuestras vidas y así viviremos el Cielo que Él pone a nuestro alcance todos los días. Fray Pedro 

RECREARSE EN EL SEÑOR

COMPASIÓN Y MISERICORDIA Marcos 6, 30-34 Sólo el pastor es quien puede proveer del bienestar necesario al rebaño. A nadie más le interesa que las ovejas estén bien. Nuestro Pastor es el Señor, que no permite que nos perdamos en la tristeza y el miedo. El Señor es el Pastor que alivia nuestros corazones del odio que tenemos, para ser renovados en la paz y el amor. Sólo el Señor es el Pastor que nos invita a re-crearnos para volver a tomar fuerzas cada vez que la vida nos canse y tengamos el riesgo de caer en la indiferencia, en la falta de compasión y la falta de misericordia. Pidamos hoy al Señor que nos ayude a escuchar su voz para no alejarnos del rebaño, nuestra Iglesia, de tal manera que juntos podemos re-crearnos en pastos verdes de alegría, de fraternidad, de hospitalidad y de salvación. Fray Pedro

¡AY DE LOS QUE MEDITAN MALDADES!

NO HAY CIELO SIN AMOR Miqueas 2,1-5 El Cielo se comienza a vivir desde lo más profundo de nuestro corazón. Nuestro convencimiento de ser signos del amor nos permite vivir una realidad transformadora y llena de salvación. Este ideal se nubla cuando nuestro corazón no late en la sintonía del Corazón de Dios. Cuando no dejamos impregnarnos del Amor y comenzamos a llenar nuestro interior de maldades y mentiras, el Cielo se aleja poco a poco de nosotros y de nuestros entornos, haciéndonos vivir verdaderos infiernos a causa de nuestras propias decisiones. Seamos justos, compasivos ante el sufrimiento del pobre, no codiciemos, no robemos, no oprimamos ni nos apoderemos de lo que no nos pertenece. Son sólo algunas claves para no perdernos la bella oportunidad de vivir la verdadera felicidad en el Señor. Fray Pedro.

TESTIMONIO SIN MIEDO

TESTIMONIO EN LIBERTAD Mateo 10, 24-33 Para predicar a Cristo debemos buscar la libertad. Y la libertad no la podemos gozar si no vencemos nuestros miedos. Hoy en día nos gusta esclavizarnos a tantas cosas que el miedo es el que rige nuestra vida. Nos da miedo que nos descubran en alguna mentira. Me atemoriza perder mis comodidades. Me llena de miedo perder lo que tengo, sacrificar lo mío. Tengo miedo, me sujeto yo mismo las manos y me arrebato la oportunidad de ser testimonio libre de una realidad de salvación. Ayúdame, Señor, a ser sincero conmigo mismo y a superar estos miedos que me impiden dar testimonio de tu Amor. Fray Pedro.

SAGACES EN EL TESTIMONIO

CONVENCIDO POR EL REINO Mateo 10, 16-23 El cristiano tiene como misión no tanto parecerse a Cristo sino ser otro Cristo para la humanidad. Su testimonio, a través de su vida, lo hace ser veraz en su misión. No se conforma con ritos externos ni rezos vacíos que tranquilizan conciencia. Se necesita convicción para impregnar nuestras realidades de Cristo. Se necesita ser sagaz para no sucumbir ante la hipocresía y envidia del mundo. Hay que estar dispuestos a sacrificar comodidades, relaciones, parentescos y seguridades. Salir de la mediocridad es una exigencia para el que quiere predicar a Cristo. ¿Fácil? Nunca. Pero, si no luchamos día a día por lograrlo, al final viviremos nuestro arrepentimiento por no haberlo intentado siquiera. Fray Pedro.

EL CIELO ESTÁ CERCA

NO HAGAMOS ESPERAR AL CIELO Mateo 10, 7-15 Hablar del Cielo es referirse a lo que predicaba Jesús, con su Palabra y con su vida. Hablar del Cielo es hablar de aquella realidad donde uno se deja envolver por un ambiente que te hace experimentar el gozo, el perdón, la reconciliación, la esperanza, la confianza, el amor. Los valores de este Cielo son aquellos que hacen al ser humano libre y le dan a éste la oportunidad de hacer libres a los demás. No hay Cielo donde se cuidan unos de otros, ni tampoco donde se reza mucho en la indiferencia y falta de compasión. No se construye el Cielo donde hay injusticias, mentiras, robos, desprecios y maltratos. Creo que todos hemos probado de ese Cielo y ¡nos ha gustado! Despertemos de ese sueño que nos deja quietos y vayamos a anunciar que podemos vivirlo, en el hogar, en el trabajo, en la calle, en el transporte. Falta que nos decidamos y queramos vivirlo también. Fray Pedro.

DEMONIOS QUE ACALLAN

SILENCIOS DE MUERTE Y ESCLAVITUD Mateo 9, 32-38 Para hablar de ti puedo recurrir al uso de conceptos e ideas que muchos ya han escrito en infinidad de libros. O también puedo hablar de ti con mi propia vida, sin conceptos pero con muchas acciones y mi forma de proceder. Si todos habláramos así de ti, el Cielo sería más palpable y evidente. Lamentablemente hay ocasiones en las que no prefiero hablar de ti. Mi silencio puede ser causado por comodidad, conveniencia, indiferencia o miedo. Con este silencio dejo de ser reflejo de aquél Cielo y me voy convirtiendo en cómplice de mentiras, injusticias y muertes. Ayúdame, Señor, a vencer mis demonios que cierran todo mi ser para no expresar tu amor, tu esperanza, tu perdón, tu paz. Hazme hablar con valor, con compasión y con el deseo de que muchos sean testigos de las maravillas que haces con nosotros día a día. Fr. Pedro.

TU MISERICORDIA ES INIGUALABLE

AMOR DE PADRE Y MADRE Salmo 144 Hay días en los que mi alma no encuentra reposo. Trato de acallar mi interior y aumenta mi intranquilidad. Busco aliento y solamente encuentro duda y un futuro incierto.  No es sino hasta que me dejo abrazar por ti, Señor, y permito que tu consuelo me llene de seguridad. Ya no importa nada más que sentirme abrazado por ti. Tu gran amor, tierno como el de mamá y protector como el de papá, y el deseo de templar mi corazón con el tuyo me devuelven la paz. Ayúdame a no resistirme, enséñame a ponerme en tus manos pues tuyo soy, Señor, desde que me anhelaste. Y tuyo seré hasta el final para seguirte contemplando en el amor.

IMPERFECCIÓN Y GRACIA

HUMILDAD CRISTIANA 2 Corintios 12, 7b-10 Tú me llamaste a ser profeta tuyo, Señor. Desde el día de mi bautismo me ungiste con esta misión de anunciar el Cielo a mis hermanos y de vivirlo para convencerlos. Has puesto esta misión en mi persona frágil y llena de debilidades. Pero me has dado tu Gracia, Señor, para que, por encima de mis debilidades, luzca tu realidad divina en el amor, la verdad, la justicia y la paz. Enséñame, Señor, a ser humilde para reconocer mis fracturas y debilidades; ayúdame a no ser soberbio pues es tu Luz la que me hace brillar como signo de salvación para mis hermanos. Dame fuerza e incrementa mi fe en ti para que sea tu Gracia la que me baste y me ayude a vencer mis miedos que impiden que viva el Cielo y lo haga alcanzable a mis hermanos. Fray Pedro.

QUIERO SER ODRE NUEVO

CONTENER TU GRACIA Mateo 9, 14-17 Tu Gracia, Señor, me renueva y fortalece. Por dentro sana, por fuera refleja la alegría de sentirme salvado. Todos los días sopla tu Espíritu y hace de esa Gracia una fuente de vida en mi persona. No siempre estoy preparado para vivirla, aunque siempre la tenga dentro de mí. El aferrarme a mis debilidades, a mis culpas, a mis miedos, mi egocentrismo, mi soberbia, todo ello, hacen de mí un odre viejo que se va agujerando poco a poco, desperdiciando el gran tesoro de tu Gracia que depositas en mí. Tócame, Señor, sáname y renuévame para ser un odre nuevo, para contener esa Gracia única que me haga ser fuente de alegría y salvación para mis hermanos.

¿HASTA CUÁNDO RECONOCERÉ EL CIELO?

CON CORAZÓN SENSIBLE AL REINO Mateo 9, 9-13 Con tantas cosas en mi interior, mi corazón palpita con ritmos que no son del cielo y dejo de ser sensible a realidades con tu presencia, Señor. Me meto en las preocupaciones del día a tal grado que no veo cuando pasas frente a mí. Todos los días me llamas a construir el Cielo con mi vida y hacerlo alcanzable a mis hermanos. Pero lamentablemente no reconozco esa hermosa realidad que me hace sanar, vivir, liberarme, salvarme. Concédeme, Señor, la sensibilidad a tu presencia para reconocerte en los momentos de mi vida. Ábreme los ojos del corazón para darme cuenta de la realidad a la que estoy llamado por ti y transforma mi vida haciéndome un signo de esta realidad. Fr. Pedro.

NI PARALÍTICO NI PARALIZADOR

LIBERADO POR MI FE Mateo 9, 1-8 Se habla también de actitud cuando de ser discípulo de Cristo se trata. No son pocas las veces que me quejo porque no siento tu presencia en mi vida, Señor, e ignoro que no es tu ausencia sino mi parálisis la que me sujeta a estar postrado en la desesperanza, la culpa, el miedo y la falta de ilusión. Es fácil preferir dar lástima que escuchar tu Palabra y tomar las riendas de mi vida, trabajar por el Reino de los Cielos y hacerlo palpable a los demás. Otra actitud puedo tomar también cuando me paso la vida criticando y sometiendo a los demás a una parálisis que les impide vivir la alegría de tu amor. Mi envidia, mi ira, mi soberbia, mi indiferencia y mediocridad paralizan el Cielo y se lo niegan a los que me rodean. Incrementa mi fe, Señor, para no quedarme postrado en mi camilla. Y dame el don de la conversión para contemplar la alegría de tu salvación. Fray Pedro.

DEMONIOS Y COMODIDADES

CRISTIANISMO INDIFERENTE Mateo 8, 28-34 Reconocer tu paso en mi vida es también ser consciente de todo lo que mueves en mi interior, para salvarme, sanarme, liberarme. Necesito aceptar tu paso para verme favorecido por tu poder liberador. Pero en muchas ocasiones prefiero no perder la comodidad, prefiero no verme movido de mi estatus, rechazo cambiar mis prioridades y sigo en la dinámica que me esclaviza y encierra. Cuántos son los demonios que reconozco en mí, Señor, que me hacen indiferente. Prefiero no ser sanado para no ser incomodado, para no asumir responsabilidades. Cuántos demonios en mi familia, en mi sociedad, en mi comunidad, que violentan nuestras vidas; pero cuando quieres sanarnos preferimos pedirte que te vayas para no asumir el costo de ser liberados. Entre demonios y comodidades veré pasar el Cielo y el único culpable seré yo, seremos nosotros. Fray Pedro.

DEJARÉ DE SER INCRÉDULO

FE Y COMUNIDAD Evangelio según san Juan 20, 24-29 Hoy te pido Señor que me ayudes a saber conformar comunidad pues sólo así puedo asegurarme vivir una verdadera experiencia de ti. Sólo en comunidad te puedo ver, te puedo escuchar y te puedo tocar. A través de mis hermanos te muestras, me hablas y me permites tocarte. Ábreme a la experiencia de los otros para gozar junto con ellos de tu presencia. Déjame meter mi mano en tu costado y participar de la alegría y sufrimientos de los demás. Déjame meter mis dedos en tus heridas y saber ser compasivo con quienes sufren y me necesitan. Déjame saberte mi Señor y mi Dios a través de mis hermanos que te reflejan con sus vidas. Fray Pedro.

SIN FANATISMO NI TIBIEZA

SER DISCÍPULO SABIO Texto:  Mateo 8, 18-22 Seguirte no es cosa fácil, Señor. Ser tu discípulo es similar a un cirio que se enciende con una luz perfecta, de tal manera que no se consume enseguida ni deja a oscuras a quienes alumbra. Hoy quiero pedirte sabiduría para no ser un cristiano fanático que se consuma enseguida por precipitarme, por no saber escuchar, por no darme tiempo para el silencio o para orar. Por agobiar a los demás con mis premuras y ahuyentar a los que se acercan a ti. También quiero pedirte fortaleza para no ser un cristiano tibio que se apaga con cualquier contrariedad, que se desanima a la primera, que quiere salir huyendo del compromiso, que le da miedo amar y buscar a los demás.  Quiero seguirte, Señor. Enséñame cómo. Ayúdame a aprender de ti y de tu linda Madre María quien supo realmente entender el amor que predicaste. Fray Pedro.

CON SÓLO TOCARTE ME LEVANTARÉ

SI QUIERO, SANARÉ  Marcos 5, 21-43 Hoy quiero encontrarte, Señor, deseoso de tocar tu manto para sanar. Quiero vencer el miedo y la vergüenza que puede causar mi enfermedad. Enfermedad que me postra cual cadáver y me separa de la gente que amo. Enfermedad que no llevo en la piel sino en el alma y que me impide vivir tu salvación. Por fin te veo. Pareciera que soy yo quien finalmente te encuentra pero eres tú quien se deja encontrar por mí. Tengo fe que, con sólo tocar la punta de tu manto, sanaré. Ya no quiero estar enfermo, ya no quiero padecer esto que me quita La Paz, ya no quiero vivir indiferente a mis hermanos. Me decido y te toco. Siento como tu fuerza me invade, siento como tu gracia recorre mi ser, como recobro la Vida y vuelvo a sonreír, vuelve a tener sentido mi vida. Me levantas de la muerte para alimentarme de ti, Señor.  Hoy me siento feliz pero sé que soy imperfecto, que tal vez vuelva a postrarme. Pero sé también que nunca te ocultarás ...