Me doy cuenta que me esfuerzo por cumplir tus preceptos pero también caigo en cuenta que no sólo por cumplirlos ya soy tu discípulo.
Te gusta mi esfuerzo, nunca me lo reprochas, pero todos los días me pides que libere mi corazón de aquello que me atrapa, que me entristece, que me coloca en comodidades pasajeras, que me da seguridad incierta y una felicidad de caricatura.
Sólo liberando mi corazón, del miedo de ponerlo todo en tus manos, podré gozar de una auténtica experiencia de libertad para seguirte y disfrutar del Cielo.
Fray Pedro
Buenos dias !!!
ResponderEliminarQue bonita reflecsion
Saludos.