CORAZONES DUROS SIN FELICIDAD
¡Cuán terco puede ser mi corazón para rechazar el Cielo! Cuando lo hago de piedra para no perdonar, cuando lo hago insensible para no compadecerme, cuando no lo escucho para no comprometerme, cuando late para sí mismo para no compartir.
Lo único que gano con un corazón terco es la pérdida del Cielo y provoco que otros pierdan la esperanza de vivirlo.
Endereza, Señor, mi corazón de tal manera que pueda descubrir el Cielo que cada día me regalas para ser feliz y hacer feliz a los demás.
Fray Pedro
Comentarios
Publicar un comentario