Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2018

MULTIPLICA MIS PANES, SEÑOR

Evangelio según san Marcos 8, 1-10 Hoy reconozco, Señor, que nunca separas tu mirada de mí, que estás al tanto de mi vida y cuidas siempre de mi caminar. El andar no siempre es fácil; hay obstáculos, decepciones, penas, tristezas que apagan mi espíritu y hacen desfallecer mi vida. Sólo tú, Señor, me sostienes, no dejas que siga caminando sin restaurarme antes, me alimentas y levantas de nuevo. Gracias, Señor, porque multiplicas tu Pan para que pueda Vivir y seguirte. Y si tú compartes conmigo tu Pan, ayúdame a compartir el mío con mis hermanos. Que mi ser cristiano no sea un mero ritualismo y cumplimiento de leyes, sino un verdadero deseo de vivir con mis hermanos, partiendo y compartiendo, no sólo por dar sino para buscar ser comunión con ellos.

¡ÁBREME SEÑOR!

Evangelio según san Marcos 7, 31-37 La sordera y la mudez no son sólo lesiones que me incapacitan para comunicarme con los demás, también son lesiones del corazón que me cierran e impiden vivir tu Salvación. Soy sordo cuando no quiero escuchar al hermano que me ofrece disculpas o a aquél que me necesita, cuando no quiero escuchar tu Palabra, cuando no quiero escucharme a mí mismo. Cierro mi corazón y me encierro en un silencio destructivo que me aleja de la experiencia de estar contigo y con los demás. Soy mudo cuando prefiero callar las injusticias, cuando opto por no decir la verdad en perjuicio de mi hermano, cuando me guardo un "te amo", un "perdóname". Soy mudo cuando me trago todo y no digo nada fraguando un cáncer espiritual que terminará por apagarme en la tristeza y desesperación. ¡Ábreme Señor! Toca mis oídos y mi boca para abrir mi corazón y sanarlo, para dejar que mis hermanos entren en él, para escuchar los latidos de sus corazones y contempl...

¿CÓMO PREDICO TU REINO?

Evangelio según san Marco  6,7-13 Hoy Señor, quiero detenerme un poco y sentirme partícipe de ese anhelo que tú tienes para toda la humanidad; ser colaborador en tu proyecto de Salvación es una bendición. No es fácil ser consciente de esta realidad divina que tú pones a nuestro alcance. Los días y sus problemas, las prisas, las deudas, las decepciones y mis pocas ganas de verme feliz oscurecen la alegría de luchar por seguir construyendo tu Reino en mis contextos. Me callo las injusticias, miento por miedo, soy indiferente ante el sufrimiento, cierro mi corazón con la incredulidad y la frialdad. Hoy quiero superar mis actitudes negativas que no construyen Cielo sino que me dejan vacíos que apagan mi corazón. Haz que sople tu Espíritu Señor en mi interior, hazme vibrar ante tu mandato de ir a predicar y concédeme ser signo de tu presencia para mis hermanos, sanando tristezas y heridas, liberando de miedos y mediocridad, perdonando aunque parezca difícil, animando vidas y co...