La ceguera no sólo es física sino espiritual. Nos gusta mirar pero no sabemos mirarnos. ¡Cuánto daño hacemos cuando no sabemos mirar!
Es sólo a través del saber mirar que experimentamos el respeto a los demás, es sólo mirándonos a nosotros mismos que aprendemos a vivir misericordia desde el reconocimiento de nuestras propias miserias.
Si esta Navidad no sabemos mirar, perderemos la oportunidad de preparar el corazón y se nos irá la oportunidad de hacerlo por estar mirando cosas que no son relevantes y son, además, ajenas a las experiencias verdaderas de Navidad: amor, reconciliación, perdón, unión, comprensión, liberación y salvación.
Es sólo a través del saber mirar que experimentamos el respeto a los demás, es sólo mirándonos a nosotros mismos que aprendemos a vivir misericordia desde el reconocimiento de nuestras propias miserias.
Si esta Navidad no sabemos mirar, perderemos la oportunidad de preparar el corazón y se nos irá la oportunidad de hacerlo por estar mirando cosas que no son relevantes y son, además, ajenas a las experiencias verdaderas de Navidad: amor, reconciliación, perdón, unión, comprensión, liberación y salvación.
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